lunes, 30 de mayo de 2011

NEOPLASIAS DE ORIGEN SANGUÍNEAS


El cáncer es un trastorno de la diferenciación y el crecimiento celulares. El proceso resultante de estas alteraciones se denomina Neoplasia y al producto de este proceso se denomina neoplasma o neoplasia. El crecimiento es descoordinado  y relativamente autónomo en la medida en que no está sujeto a los controles reguladores normales del crecimiento y la división celulares. Las neoplasias tienden a aumentar de tamaño y seguir creciendo después de la desaparición del estímulo que indujo la modificación o el cumplimiento de demandas del organismo.

El cáncer no es una enfermedad aislada y puede originarse en casi cualquier órgano, en este portafolio abarcaremos las Neoplasias de origen sanguíneo.
El sistema hematopoyético abarca todas las celular de la sangre, sus precursores y sus derivados: Los glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos. Incluye el tejido mieloide (médula ósea) en donde se forman los glóbulos blancos y los tejidos linfoides de los ganglios linfáticos, el timo y el bazo, en los cuales circulan y maduran los glóbulos blancos.

Los trastornos neoplásicos de origen hematopoyético y linfoide representan los trastornos más importantes de los glóbulos blancos e incluyen categorías algo superpuestas, a saber, linfomas (enfermedad de Hodgkin y linfoma no  Hodgkin), leucemias y discrasias de los plasmocitos (mieloma múltiple). Las características clínicas de estas neoplasias son determinadas en gran parte por su sitio de origen, la célula progenitora en la que se originaron y los acontecimientos moleculares involucrados en su transformación en una neoplasia maligna. Las leucemias, que se originan en precursores hematopoyéticos en la médula ósea, pueden afectar linfocitos, granulocitos y otras células sanguíneas. Como las células sanguíneas circulan por todo el cuerpo, estas neoplasias se diseminan desde el comienzo. Los linfomas se originan en estructuras linfoides periféricas  como los ganglios linfáticos en los que los linfocitos B y T sufren una diferenciación y proliferación posterior cuando interactúan  con los antígenos. Las discrasias de los plasmocitos se originan en la médula ósea, en donde las células B se diferencian en plasmocitos.

En este portafolio de Neoplasias de origen sanguíneo trataremos sobre:
1.    Linfomas (enfermedad de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin)
2.    Leucemias
3.    Discrasias de los plasmocitos

Linfomas
La enfermedad de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin, representan tumores sólidos derivados de células neoplásicas del tejido linfoide y sus precursores o derivados.
Enfermedad de Hodgkin
Se caracteriza por la presencia de una célula anormal denominada célula de Reed-Sternberg. Se desconoce la causa pero se sospecha que puede empezar como una reacción antiinflamatoria frente a un agente infeccioso.
Linfomas no Hodgkin
Constituyen un grupo heterogéneo de tumores sólidos compuestos por células linfoides neoplásicas. La heterogeneidad refleja el potencial de transformación maligna en cualquier estadio de diferenciación de los linfocitos B y T. Su etiología se desconoce.

Leucemias
Son neoplasias malignas de células derivadas originalmente de las células madre hematopoyéticas, se caracterizan por la sustitución difusa de la médula ósea por células neoplásicas de la serie blanca inmaduras proliferantes no reguladas. En la mayor parte de los casos las células leucémicas pasan a la la sangre, donde se las observa en gran cantidad.
Las leucemias suelen clasificarse de acuerdo con el tipo celular predominante (es decir linfocítica o mielocítica) y si la condición es aguda o crónica. Las leucemias bifenotípicas muestran características de linajes linfoide y mieloide. Un sistema de clasificación rudimentario divide la leucemia en dos tipos:
1.    Leucemia linfocítica (linfoblástica) aguda o crónica.
2.    Leucemia mielógena (mieloblástica) aguda o crónica.
Las leucemias linfocíticas comprometen a los linfocitos inmaduros y sus progenitores que se originan en la médula ósea pero infiltran en el bazo, los ganglios linfáticos, el SNC y otros tejidos. Las leucemias mielocíticas, que comprometen las células madre pluripotenciales mieloides en la médula ósea, interfieren sobre la maduración de todas las células sanguínea, incluidos los granulocitos, los eritrocitos y los trombocitos.

Discrasias de los plasmocitos
Se caracterizan por la expansión de un solo clon de plasmocitos productores de inmunoglobulina y un aumento resultante de los niveles séricos de una sola inmunoglobulina monoclonal o de sus fracciones. Las discrasias de los plasmocitos incluyen el mieloma múltiple, el plasmocitoma localizado, el linfoma linfoplasmocítico, la amiloidosis primarias o inmunocítica debida a la producción excesiva de cadenas livianas, y la gammapatía monoclonal de importancia indeterminada.

Bibliografía

Porth. Fisiopatología 7ª edición.